El campo visual nos permite percibir nuestro entorno en el día a día, es decir, es aquello que nuestro ojo puede ver cuando fijamos la mirada en un punto estático; lo que incluye el punto en el que posamos la vista y sus alrededores (periferia).
Cada individuo puede apreciar los objetos ubicados en el espacio, unos detrás de otros, algunos pequeños y otros grandes. Se diferencian las calidades superficiales más definidas o menos definidas dependiendo de su distancia y se aprecia la calidad de los colores, si están próximos, se ven saturados, si están lejanos, se ven distorsionados.
La amplitud del campo visual humano abarca 180° dentro de los cuales, solo una porción capta las imágenes con nitidez, la estructura del campo visual es la siguiente:
1. La precisión con que la córnea y el cristalino del ojo enfocan la luz sobre la retina.
2. La sensibilidad de los nervios de la retina y de los centros de la visión en el cerebro.
3. La capacidad del cerebro para interpretar la información recibida de los ojos.
Únicamente la luz que es enfocada en una muy pequeña y altamente sensible porción central de la retina (llamada mácula) influye en las mediciones de la agudeza visual obtenida durante el examen de la vista.
Una disminución de estos límites del campo visual, conllevaría la reducción de aquello que una persona puede ver al fijar la mirada en un punto, con las dificultades que eso puede conllevar a la hora de desplazarse por su entorno.